26.6.09

La ruta sobre las nubes hacia cerro Kennedy o la casa de Nuklindúe



Acompañando durante un día a mi papá en un viaje de mantenimiento de equipos a los cerros Ramo y Kennedy en las estribaciones de la Sierra, tuve un muy agradable receso de la vida urbana. Experiencias y encuentros memorables, a pesar de haber sido sólo un día.

En la madrugada, el cielo despejado engañó mi percepción de la lejanía y altitud que tienen los cerros a un lado de la troncal del caribe llegando a la terminal de Santa Marta; subimos trocha durante la mañana y a las 12 del día ya estabamos a 3000 metros de altura en cerro Kennedy, desde donde según todos me dijeron, pueden verse Barranquilla, Santamarta, y los picos nevados de la Sierra.

Lastimosamente, estar sobre las nubes no permitió que viera ese espectáculo. Y por ser puesto militar me recomendaron no tomar fotos allí. Aunque tomé unas cuantas, la cámara no pudo superar la densa neblina de las zonas mas altas; para que capte lo mismo que mis ojos creo que necesito un mejor lente.

Pero si pude ver la vía Barranquilla-Ciénaga, el Rodadero y barcos cargueros gigantes que parecían juguetes desde el cerro el Ramo. En el camino de subida fue muy agradable el olor dulce de las plantas, las quebradas que bajan de los picos y cruzan la carretera, los sonidos de la fauna y un encuentro con el famoso jerre-jerre o armadillo. Se pasa por fincas cafeteras que parecen del Quindío, reservas naturales, en fin.

Historias habladas en costeño en un paisaje de páramo, que solo había conocido en los Andes, fue algo nuevo para mí. Cuentos de compañerismo, varadas y desvaradas de las personas que por años han subido las empinadas trochas de los cerros o que viven en su cima. Estilos de vida que no conocía, y que una vez más me demuestran la enorme diversidad de esta Región.

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