Inpsicon, es la oficina donde me divierto, la familia donde trabajo. En el poco tiempo que llevo aquí, sé que es un sitio donde puedo crecer mientras hago mi parte para mejorar mi entorno, acompañado de un equipo muy cálido y capaz.
La primera vez que entré respiré un aire sin tensiones, jovial, creativo. A pesar de que no es una empresa de diseño, todo lo bien hecho se vale, sin importar lo cuerdo que sea; el sueño de cualquier diseñador cuando llega a trabajar.
Es un lugar donde en poco tiempo he conocido mucha gente, muchas oportunidades y sobretodo muchos buenos amigos, de otras disciplinas, nacionalidades y personalidades. Muchas veces andamos a mil por hora, pero la presión no se manifiesta en forma negativa, por el contrario, siempre me siento estimulado para hacer más de lo que podría esperarse.
Y es que esto sucede donde tienes una meta clara, un objetivo más allá del lucro que se siente en cada cosa que hacemos, donde todos comparten las tareas y los triunfos. Sé que estoy trabajando por mejorar los hábitos de consumo de las personas de mi ciudad y más allá. Hábitos que pueden desencadenar cambios inimaginables en el mercado, en la industria y en el planeta; cambios que empiezan en la mente de cada persona.
Vale la pena correr por eso. Un objetivo que veo muy paralelo a mi razón de ser como diseñador industrial.
Precisamente por esos valores y por el arduo trabajo, esta familia se ganó en días pasados merecidamente El Premio Nacional a la Innovación en Psicología Profesional Aplicada. Aprovecho este espacio para extender mis felicitaciones a todos los que trabajamos y han trabajado en Inpsicon, y a Maria Mercedes Botero, nuestrá mamá.
La primera vez que entré respiré un aire sin tensiones, jovial, creativo. A pesar de que no es una empresa de diseño, todo lo bien hecho se vale, sin importar lo cuerdo que sea; el sueño de cualquier diseñador cuando llega a trabajar.
Es un lugar donde en poco tiempo he conocido mucha gente, muchas oportunidades y sobretodo muchos buenos amigos, de otras disciplinas, nacionalidades y personalidades. Muchas veces andamos a mil por hora, pero la presión no se manifiesta en forma negativa, por el contrario, siempre me siento estimulado para hacer más de lo que podría esperarse.
Y es que esto sucede donde tienes una meta clara, un objetivo más allá del lucro que se siente en cada cosa que hacemos, donde todos comparten las tareas y los triunfos. Sé que estoy trabajando por mejorar los hábitos de consumo de las personas de mi ciudad y más allá. Hábitos que pueden desencadenar cambios inimaginables en el mercado, en la industria y en el planeta; cambios que empiezan en la mente de cada persona.
Vale la pena correr por eso. Un objetivo que veo muy paralelo a mi razón de ser como diseñador industrial.
Precisamente por esos valores y por el arduo trabajo, esta familia se ganó en días pasados merecidamente El Premio Nacional a la Innovación en Psicología Profesional Aplicada. Aprovecho este espacio para extender mis felicitaciones a todos los que trabajamos y han trabajado en Inpsicon, y a Maria Mercedes Botero, nuestrá mamá.
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